Emprendedora de Tonacatepeque, Erika Castellano Galeano

“Soy bien poderosa, todo lo que llega a mis manos lo puedo transformar, puedo hacerlo llegar a otras personas, tengo el poder de hacerlo y puedo hacerlo”

Erika es una mujer organizada en ACOMEST, madre de un hijo y dos hijas, y es una de las lideresas de la organización. Uno de sus sueños era graduarse de la Licenciatura en Trabajo Social, pero por diversas razones tuvo que dejar de estudiar. Desde hace 8 años, Erika decide emprender con un negocio, inició con la venta de ropa, pero se ha especializado en la venta de dulces artesanales, pero sin dejar de ofrecer los otros productos con los que empezó su iniciativa económica. A pesar de las dificultades presentadas en las cuales, en algunos momentos tuvo que dejar su negocio y retomar posteriormente, sigue siendo una mujer perseverante que lucha cada día por ella y su familia.

El nombre de su iniciativa no está definido, pero ha valorado nombrarlo “las primis”, como parte del reconocimiento a los vínculos familiares entre sus hermanas y sus hijas. Para Erika emprender fue la solución a las necesidades de ingresos, al no obtener un trabajo formal y la decepción que le generaba cada vez que dejaba un curriculum y no cumplía con los requisitos, principalmente por no tener experiencia.

Como emprendedora se siente una mujer capaz, que se ha superado y que tiene la capacidad para que su negocio crezca y empoderarse más, pensar en esto le produce mucha satisfacción. Ha innovado su forma de comercializar, haciendo uso de las redes sociales, a través de grupos de mensajería donde promociona sus productos.

Durante estos años como emprendedora ha adquirido experiencia para saber elegir los productos que va a comercializar y ofrecer productos de calidad. Erika como emprendedora, sostiene “nosotras tenemos que vender calidad para que la gente nos busque y digan, <<ellas venden cosas buenas>>”.
Erika sueña con retomar sus estudios, considera que lo puede hacer, hoy más con las opciones de estudio virtual que se generaron y son más accesibles. Dedica tiempo a su familia, a su negocio, a la asociación de mujeres, pero también a ella misma, a su cuidado, y quiere mantener una vida equilibrada entre sus diversas responsabilidades.

Desde que se organizó en ACOMEST, Erika ha adquirido muchos conocimientos, aprendió a trabajar en equipo y ser solidaria con otras mujeres; “lo mío era mi casa, mi emprendimiento, hasta ahí era toda mi vida y ahora no, ahora conozco sobre derechos, y de las leyes…”
El mensaje de Erika para otras mujeres que quieran emprender es: “que no todo se quede en el intento, emprender es un nuevo camino, un nuevo reto y una nueva aventura”.

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